El alcalde de Coslada, Ángel Viveros, y la concejala delegada de Transición Ecológica, Movilidad y Transportes, Sonia Murillo, han presentado el proyecto de Zona de Bajas Emisiones (ZBE) para reducir la contaminación atmosférica y luchar contra el cambio climático en la ciudad, dando cumplimiento a la Ley de Cambio Climático y Transición Energética.
El proyecto, que estará expuesto en la sección de Transparencia de la página web del Ayuntamiento de Coslada, también cuenta con una fase de consulta pública previa a la ordenanza que regulará esta ZBE.
Así, la ciudadanía podrá manifestar su opinión hasta el próximo 23 de septiembre sobre esta iniciativa que limitará los vehículos más contaminantes de no residentes en 2025.
Tal y como ha expuesto el regidor cosladeño, Ángel Viveros, «la ZBE mejorará la calidad del aire, y con ello la salud de nuestros vecinos y vecinas, así como el entorno urbano de la ciudad. Además, durante los próximos años, la ZBE se acompañará de otras medidas como peatonalizaciones, construcción de carriles bici, pacificación de entornos escolares o mejora del transporte público».
En palabras de la edil delegada de Transición Ecológica, Movilidad y Transportes, Sonia Murillo, «implantar una ZBE es obligatorio para las ciudades de más de 50.000 habitantes, pero queremos que sirva de marco para introducir mejoras en el espacio público y avanzar hacia una movilidad más sostenible».
Se habilitarán 27 puntos de control con cámaras
La ZBE comprenderá el núcleo residencial del municipio y restringirá la circulación de vehículos sin distintivo ambiental (conocidos como ‘A’) de personas no residentes en Coslada. Está previsto que comience a funcionar en el primer semestre de 2025 y que cuente con un período informativo y de prueba de seis meses para dar a conocer su funcionamiento a la ciudadanía.
En total, la Zona de Bajas Emisiones engloba un área continua de 589 hectáreas, con un perímetro de 12.45 kilómetros y, para su implantación, se habilitarán 27 puntos de control con cámaras.
La población de fuera del municipio que desee acceder a la ZBE dispondrá de alternativas, como aparcamientos disuasorios y la red de transporte público con Metro, Cercanías y diversas líneas de autobuses. Para garantizar la movilidad también por la noche, cuando el transporte público es más limitado, la ZBE funcionará en un horario de 7:00 a 21:00 horas.
Además, la Zona de Bajas Emisiones de Coslada contará con excepciones y moratorias para facilitar esta transición a los colectivos más vulnerables y garantizar los servicios esenciales.
Entre las excepciones se encuentran los vehículos esenciales (ambulancias o fuerzas de seguridad), los históricos y especiales (blindados, hormigoneras, etc.), los de personas con movilidad reducida, los vehículos de profesionales a los que les falten menos de cinco años para su jubilación o familias perceptoras del ingreso mínimo vital.
Implantación gradual
La implantación de la ZBE será gradual hasta 2030. En 2026, se contempla la implantación de un servicio de estacionamiento regulado para no residentes, priorizando los barrios con mayores problemas de aparcamiento. En 2027, el Ayuntamiento de Coslada dejará de utilizar vehículos sin distintivo ambiental.
En 2029, las restricciones de circulación llegarán a los vehículos comerciales empadronados dentro de la ZBE, con excepción de las pymes con menos de cinco trabajadores y, finalmente, en 2030, a las personas residentes. No obstante, estas dispondrán de 24 autorizaciones diarias al año.
En la actualidad, los vehículos sin distintivo ambiental suponen un 15% del parque circulante de Coslada, un porcentaje que se va reduciendo año tras año. Estos vehículos son aquellos anteriores a 2006 en el caso de los vehículos diésel y de 2001 en los de gasolina, es decir, vehículos que en 2030 tendrán más de 25 y 30 años respectivamente.
Por su tecnología, se trata de automóviles especialmente contaminantes, pues un vehículo A contamina de media 8 veces más que un B, 12 veces más que un vehículo C y 30 veces más que un ECO.
Reducción de emisiones contaminantes
El objetivo final es que Coslada pueda cumplir con los nuevos objetivos de calidad del aire para 2030 aprobados por el Parlamento Europeo, que endurece considerablemente los actuales con el fin de reducir las muertes prematuras que se producen por la contaminación y acercarse a las nuevas recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud.
La contaminación atmosférica produce enfermedades respiratorias como EPOC o cáncer de pulmón, enfermedades cardiovasculares, ictus, partos prematuros y problemas de desarrollo en la infancia.
Esto sigue siendo de sin vergüenzas a todos los niveles. Dejarnos desplazar libremente como queramos, que para eso pagamos vuestros coches y su combustible con nuestros impuestos.
Coslada no es la almendra central de Madrid y por supuesto los aviones pasándonos por encima como toda la vida ha sido y el río Jarama podrido.