La Asociación Obatalá participa en las actividades relacionadas con el 25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, con la proyección del cortometraje ‘Mía’, dirigido por Juan Muñoz de Blanco y que cuenta con la actuación de Mariana Achim y Chema López.
La proyección del cortometraje tendrá lugar el próximo martes 21 de noviembre a las 19:00 horas en el Centro Cultural Margarita Nelken, Avd. Príncipes de España 18, Metro La Rambla (línea 7), Coslada y cuenta con la colaboración de la Concejalía de Igualdad del Ayuntamiento de Coslada.
Para el director del cortometraje, Juan Muñoz de Blanco, «Durante décadas la violencia de género permaneció invisible, en privacidad, convirtiendo a la víctima en culpable y al culpable en merecedor de aplicar dicha violencia. En la actualidad, ¿hemos avanzado algo? Hay más visibilidad, sí, las víctimas ya no son culpables y los culpables ya son señalados como verdugos, pero la violencia sigue existiendo».
«Con “Mía” un cortometraje muy humilde en medios, sin casi producción, pero con un equipo comprometido con lo que estábamos contando, quisimos aportar un pequeño granito de arena contra esta lacra social, hacer visible lo que no hace tanto era invisible. Las imágenes que logramos son duras, pero no solo por la violencia, sino por las consecuencias, quería que con cada plano el espectador sufriera con la protagonista, que sintiera su dolor, su angustia y que estuviera encerrado con ella en esa casa», señala el director.
Por su parte, Mariana Achim, protagonista del cortometraje “El reto personal de interpretar un personaje como el de Camelia en “Mía” radica en la profundidad del sufrimiento que se muestra en pantalla, la complejidad no está en el diálogo, sino en el mostrar los sentimientos sin decir, y casi sin gesticular dejando en la mirada la mayor expresividad que tiene el personaje. En muchas ocasiones, en los casos reales, la mirada es la única arma que tienen las mujeres para comunicarse, silenciadas de palabra, sus ojos reflejan los gritos que no pueden expresar.”
Mariana Achim nació en Rumanía, donde se licenció en Arte Dramático, para años después mudarse a Madrid, ciudad en la que siguió formándose con cursos de comedia al arte, dramaturgia actoral, presencia escénica, preparación de emociones y personajes, etc. Su trayectoria y dominio de múltiples idiomas (rumano, español e inglés) le ha permitido tanto dirigir lecturas dramatizadas y de teatro como participar en múltiples spots, obras de teatro y cine.
En teatro se le ha podido ver en obras como Reality Cabaret Show, Apocalypsis o Don Juan Tenorio; mientras que en televisión se ha podido disfrutar de su actuación en La que se avecina, Yo soy Bea o El secreto de Puente viejo, entre otros. En cine destacan los largometrajes El diario, Amigo Wilson, Legionario, Forgiving o la gran y múltiple premiada, El cambio.
A lo largo de los años ha recibido diversos premios por sus actuaciones, entre los que destacan la Biznaga de Plata en Festival de Cine Español de Málaga, el premio a Mejor Actriz del Festival de Shortmovie Rumano de Madrid y el Mejor Actriz en Global Nonviolent Film Festival de Toronto. Suma también diversas nominaciones y candidaturas, siendo la última y más importante la candidatura a los premios Goya 2018 con el largometraje Legionario y a los Premios Unión de Actores y Actrices.
Teresa García Escanciano, representante de Obatalá en el Consejo de la Mujer: «A veces, cuando hablamos de violencia machista en el ámbito de la pareja, pensamos en los asesinatos, en las agresiones físicas y sexuales, pero violencia machista también son las amenazas, las humillaciones, los desprecios y chantajes, el control y el aislamiento que viven diariamente miles de mujeres en sus propias casas, auténticas situaciones de terror dentro del seno de su familia. Son mujeres que viven con miedo por ellas mismas, pero también por sus hijas e hijos, víctimas también de esa violencia».
«Y, al igual que debemos combatir esa violencia que se da en los propios hogares, debemos señalar y erradicar las violencias diarias que viven millones de mujeres y niñas en todo el mundo: matrimonios infantiles, mutilaciones genitales femeninas, trata y explotación sexual, agresiones y acoso sexuales, feminicidios, situaciones de apartheid de género que sufren en algunos países y tantas otras…», añade.
Y concluye: «Hace falta coeducar desde la infancia para prevenir estas violencias, es necesario que las aulas sean espacios donde se ponga en práctica la igualdad, en los que se eviten actitudes sexistas y violentas, implicando tanto a familias como a profesionales. Hace falta que la ciudadanía se comprometa realmente en el rechazo más absoluto a la violencia contra las mujeres».